Arzúa es una pausa agradecida en el último tramo del Camino Francés. Quien ha salido de Zapas de Rei con las piernas apretando dientes agradece, y mucho, un chapuzón antes de la siesta o al atardecer. La piscina no es solo capricho, es higiene del peregrino y linimento para familias que viajan con pequeños. He dormido múltiples veces en la zona, a veces como caminante, otras como acompañante y, cuando el tiempo aprieta entre mayo y septiembre, un alojamiento con piscina en el Camino de Santiago te cambia el humor y el reposo.
Las opciones han crecido en los últimos tiempos, desde casas rurales con finca a pequeños hoteles en el casco. No todo es igual. El tamaño de la piscina, su orientación, el control de aforo, si es exterior o climatizada, y si abre fuera de la época alta marcan la diferencia. Asimismo influyen la proximidad a la ruta oficial, la posibilidad de un late check-out si quieres prolongar la mañana, y si admiten mochilas de transporte organizado. Acá van diez alternativas contrastadas, con matices y consejos reales para exprimir cada una.
1) Casa das Piscinas: finca extensa y agua a 24 grados de mayo a octubre
A uno con cinco kilómetros del centro de Arzúa, en una pista tranquila con suelo de pizarra, esta casa rural ofrece una piscina descubierta con buena orientación sur. La sostienen en torno a 24 grados durante temporada, con lona térmica nocturna que evita sustos por la mañana. Las hamacas no son de plástico vencido, detalle que se agradece tras 25 kilómetros de travesía. El jardín tiene sombras naturales, suficiente si viajas con pequeños que precisan alternar chapuzón y juego.
Pros claros: parking simple, silencio nocturno, desayunos desprendidos con queso de Arzúa-Ulloa en porciones que semejan gracieta hasta el momento en que te las acabas. La desventaja, si llegas a pie, es el kilómetro final tras desviarte de la senda, singularmente si llovizna. Compensa si coordinas con taxi local, que en Arzúa acostumbra a costar entre 6 y ocho euros para distancias cortas. Buena opción para disfrutar de un alojamiento en Arzúa con piscina sin masificación, sobre todo de junio a septiembre.
2) Hotel Pazo da Devesa: historia, piedra y un vaso de agua largo
No todas las piscinas de pazo son de adorno. Aquí se nada de verdad, con calle estrecha para quien quiera estirar sin molestar. La alberca, rodeada de muros antiguos, corta el viento del norte, lo que prolonga la época práctica hasta principios de octubre si el otoño acompaña. Las habitaciones sostienen la frescura de muros gruesos, y la cafetería abre tarde, algo poco común en alojamientos rurales.
Para peregrinos, la logística es simple: el pazo queda a menos de ochocientos metros de la senda, con señalización que evita pérdidas. El personal entiende de dolores de tibial y no te mira raro si solicitas cubos con hielo. Eso sí, los fines de semana con bodas pueden subir el volumen entorno. Si buscas silencio monástico, mejor entre semana. Perfecto cómputo para quien desea un alojamiento con piscina en el Camino de la ciudad de Santiago y un punto de carácter local.
3) Pisos A Fonte: formato familiar y piscina compartida
Para dormir en pisos turísticos con piscina, A Fonte es práctico. Son unidades de uno o dos dormitorios con cocina mínima, suficientes para improvisar una cena ligera y lavar un par de camisetas técnicas. La piscina es compartida, de tamaño medio, con vallado perimetral y puerta segura, criterio esencial si viajas con peques curiosos. Suelen aceptar estancias de una noche fuera de agosto y mínimo de dos o tres noches en plena temporada. Confírmalo, pues más de un paseante se ha quedado con la reserva bloqueada por ese requisito.
Ubicación a diez minutos a pie de la plaza central. Consejos útiles: adquiere fruta y youghourt en el súper de la esquina y desayuna en la terraza con el sol de primera hora, luego entra al agua antes de que llegue el resto. Si necesitas secar botas, pregunta por el cuarto de mantenimiento, donde suelen tener un ventilador fijo. Buena relación coste, sobre todo para grupos de 4.
4) Hotel Arzúa Natura: pequeña, pero climatizada
El argumento principal es la piscina interior climatizada, que marcha todo el año con horarios controlados y aforo limitado. Si llegas con frío o con lluvia horizontal, una sesión corta te desentumece la espalda. No es para tirarse de cabeza, es para flotar, estirar y salir nuevo. Sauna seca, anterior reserva, cierre temprano los domingos. Habitaciones funcionales y recepción con mucha práctica en gestionar mochilas enviadas por paquetería del Camino.
Para quien valora la regularidad, acá el agua no depende del sol. Si planeas llegar tarde, informa para que te guarden un hueco en la franja de última hora. Si solo te sirve la piscina exterior por preferencia personal, quizá no es tu sitio. Si lo que precisas es garantía, esta opción lo clava.
5) Casa de Romar: piscina con vistas a prado y barbacoa discreta
La esencia está en el entorno. La piscina mira a prados con vacas, sin ruido de carretera, y la barbacoa se ofrece sin convertir la tarde en romería. A doce minutos en vehículo del centro de Arzúa, es ideal para quienes llegan en vehículo o comparten taxi entre varias personas. En verano organizan pequeñas catas de quesos y miel local, detalle que redondea la tarde tras el baño.
Si viajas con perro, consulta la política, pues en temporada alta limitan tamaño y solicitan suplemento. Las habitaciones familiares salen a cuenta, y el conjunto tiene ese punto de casa vivida, con mantas de algodón y toallas grandes, cosa rara en alojamientos de paso. No esperes lujo de gaceta, espera comodidad sincera.
6) Albergue-boutique A Nosa Auga: litera cómoda y patio con chapuzón
Combina literas sólidas con cortina y enchufe individual, y un patio trasero con pequeña piscina para remojar piernas. El agua no es grande ni profunda, mas cumple la función: bajar pulsaciones y socializar. He visto a grupos de 4 nacionalidades diferentes compartir crema solar acá y programar la etapa a O Pedrouzo con mapas manchados de gotas.
Reglas claras: horarios de silencio, nada de bebidas de vidrio en el área de piscina, toallas específicas para el agua además de las de ducha. Esto evita enfrentamientos y roturas. El desayuno arranca temprano, desde las 6:30, detalle que muchos peregrinos agradecerán. Si te incomoda dormir con desconocidos, mira sus habitaciones privadas, pocas y se agotan.
7) Quinta do Muiño: molino restaurado y agua que suena
El viejo molino conserva el canal y el rumor incesante del agua, que actúa como ruido blanco natural. La piscina encaja en el paisaje, con piedra local y zonas de yerba mullida. Al atardecer, la luz es de postal. Lo importante: acá vienes a bajar marcha, no a correr. Si tu plan es llegar, zambullirte y salir pitando, la magia se te escapa. Es un sitio para dos noches, una de reposo pleno.

La conexión con el Camino no es directa, pero ofrecen transfer bajo demanda en franjas razonables. La cocina casera, libre por encargo, evita tener que moverte para cenar. Precios un poco por encima de la media, acordes con el ambiente y la rehabilitación.
8) Hotel As Cancelas: urbano, cómodo y con azotea útil
Dentro de Arzúa, este hotel exprime su azotea con piscina pequeña, bien orientada y con vistas al núcleo. Ideal si te agrada tener cafeterías, farmacias y lavandería a dos pasos, sin sacrificar el bañito. Desde las 17:00 acostumbra a haber menos gente, cuando el sol afloja y las familias ya andan en el parque. Habitaciones modernas y un par de cuartos con balcón lateral que, si puedes elegir, te dan un plus.
No es para triatletas, es para refrescar y aligerar piernas. Si hay ola de calor, solicita planta más baja o comprueba el aire acondicionado, que a veces se regula centralmente. Para quien hace escala de una noche y madruga, es de lo más práctico.
9) A Cabana do Río: cabañas de madera y acceso a poza natural
No todo es cloro. Estas cabañas, diseminadas al lado de un pequeño curso de agua, dejan alternar una piscina compacta con el acceso a una poza natural segura y limpia. La combinación hace que el día cunda: sol, sombra de ribera y baño natural corto. Si te agrada el agua fría, la poza es tu sitio. Si prefieres tibieza, vuelve a la piscina y quédate al sol 5 minutos.
Por las mañanas, el canto de pájaros se nota. A nivel logístico, no está concebido para grandes conjuntos ruidosos, más bien para parejas o familias pequeñas. Buen aislamiento entre unidades y cocinas listas para desayunos sin prisas. Pregunta por la disponibilidad de hamacas adicionales, se agotan con sencillez en agosto.
10) Apartamentos Camiño Vivo: base para múltiples días y piscina que salva tardes
Estos apartamentos concebidos para estancias de tres a cinco noches suelen ser la base de quienes hacen tramos en turismo o bicicleta, o que prolongan Arzúa para aprovechar entorno. La piscina, con escalera romana cómoda para rodillas tocadas, y un par de sombrillas fijas, se convierte en punto de encuentro desde las 18:30. Si viajas con adolescentes, el wi-fi soporta streaming sin dramas.
Ventaja clara: lavandería autoservicio con centrifugado decente, imprescindible si el tiempo se tuerce. Solicitan fianza razonable y devuelven rápido. Mejor reservar con cierta antelación en el mes de julio y agosto, se llenan por recomendaciones de boca a boca.
Cómo seleccionar sin equivocarte
No todos viajamos igual, y la piscina que encanta a una familia puede frustrar a un peregrino que quiere nadar en serio. Resulta conveniente tener claro qué esperas del agua, cuánto tiempo vas a emplearla y en qué instante del día. El resto son matices.
- Verifica si la piscina es exterior, interior o mixta, y las fechas de apertura. Muchas cierran de octubre a abril, y otras solo abren fines de semana fuera de verano. Pregunta por horarios y aforo. Un buen sistema de turnos en días de calor evita la sensación de playa de agosto. Ubicación con respecto al Camino. Si dependes de tus piernas, cada metro cuenta al final de la etapa. Políticas con niños y mascotas. Vallas, profundidades, toallas específicas y suplementos pueden mudar tu plan. Servicios complementarios que multiplican el valor real: lavandería, transfer corto, picnic de desayuno, toallas de piscina incluidas.
Temporada, clima y el factor Galicia
El clima en Arzúa solicita cintura. Entre mayo y septiembre, la piscina exterior entra en juego la mayoría de días. Julio y agosto son garantía casi total, pero aun en el primer mes del verano te puedes bañar a mediodía. En primavera y otoño, una piscina climatizada marca la diferencia. Cuando hay bochorno con 28 grados y humedad alta, el cuerpo se agota antes y el baño recupera mejor que un ibuprofeno. Si junio trae brumas largas, la lona térmica nocturna o un sistema de climatización suave convierte la piscina en usable.
El viento del nordeste enfría veloz por la tarde. Las instalaciones orientadas al sur y con setos o muros laterales se sienten más cálidas. Si el alojamiento tiene termómetro perceptible en el borde de la piscina, señal de que cuidan el detalle y no improvisan temperaturas a ojo.
Consejos prácticos a fin de que el baño de veras te ayude
Un chapuzón mal calculado puede entumecer. Un baño bien hecho te prepara para la próxima etapa. No hace falta manual, bastan costumbres sensatas.
- Deja pasar 15 a veinte minutos tras llegar ya antes de entrar al agua. Bebe primero, estira suave, y luego remoja piernas. Dos bloques de 5 a 7 minutos en el agua, separados por reposo al sol o a la sombra, funcionan mejor que un único baño largo. Si te roza la mochila en los hombros, alterna brazadas suaves con flotación, descarga trapecio y cuello. Evita alcohol ya antes del baño. Hidratación con agua o bebida isotónica, y listo. Usa chanclas siempre, más por seguridad en suelos mojados que por otra cosa.
Qué aguardar en agosto equiparado con junio
Agosto llena Arzúa. Los alojamientos con piscina operan con ocupación alta y horarios más rigurosos. Si eres de improvisar, en el mes de agosto te irá mejor con hoteles en el casco urbano con piscina pequeña que con casas rurales a las afueras, pues estas últimas demandan estancias mínimas. Junio, en cambio, ofrece margen de negociación, tanto en upgrades como en late check-out. La temperatura del agua en el mes de junio puede bajar a primera hora, mas a mediodía se pone agradable.
En agosto, la convivencia en la zona de piscina requiere paciencia. Los alojamientos que entregan toallas de color distinto para la piscina controlan mejor la rotación. Un truco: el primer turno de la mañana es el más apacible y fresco; el último, el más dorado y fotogénico.
Pequeños detalles que apartan lo bueno de lo excelente
Se nota cuando un alojamiento piensa en el usuario del Camino. Toallas de piscina separadas de las de ducha. Duchas de enjuague al lado del vaso, con jabonera. Sombrillas suficientes y no solo dos para 12 hamacas. Indicaciones claras de profundidad y suelos antideslizantes. Si además tienen cubitos de hielo para tobillos rebelados o un spray frío, ganan puntos. La posibilidad de un picnic temprano o termo con café desde las 6:00 prueba que han visto amaneceres con peregrinos o ciclistas.
Más allá de la piscina, el silencio nocturno y la cama firme son la otra mitad del descanso. En Galicia, la humedad engaña y la ropa tarda en secar. Una cuerda bien puesta al sol o una cuarta parte de secado acelera las cosas. Pregunta ya antes de colgar nada en barandillas, los alojamientos cuidan su estética por razones evidentes.
¿Apartamento, hotel o casa rural?
Cuando el baño es prioridad, el formato condiciona la experiencia. Un piso con piscina compartida te da autonomía, cocina propia y horarios flexibles, ideal para familias o grupos que quieren dormir en apartamentos turísticos con piscina y manejar sus tiempos. Un hotel urbano con piscina compacta es imbatible si buscas llegada simple, ducha veloz y una hora de agua ligera ya antes de cenar en la plaza. Una casa rural con finca suma ambiente, mejor cielo estrellado y, prácticamente siempre, menos estruendos, mas exige coche o transfer.
El https://apartamentoscarballosaltos.com costo por persona cambia con la ocupación. Grupos de cuatro a 6 suelen optimar costo en piso. Parejas y paseantes en solitario salen mejor en hotel o albergue-boutique. Si viajas en bici, pregunta por guardabicis seguro y toma de corriente para baterías de e-bike, no todos están preparados.
Cómo encajar la piscina en tu etapa Arzúa - O Pedrouzo
La jornada siguiente, de Arzúa a O Pedrouzo, ronda los diecinueve a 21 quilómetros conforme variaciones. Un baño prudente la tarde anterior ayuda a levantarte sin la pierna de palo. Cena ligera con hidratos y sal, nada de experimentos picantes. Duerme fresco, lúcida con margen, y guarda 5 minutos para desplazar tobillos antes de atarte las botas. Si dormiste en alojamiento con piscina en el Camino de la ciudad de Santiago y aprovechaste bien el agua, lo apreciarás en el primer repecho.
En días de calor, vale la pena salir antes de las 7:00. Si tu alojamiento sirve café temprano o deja termo, ese detalle puede ser decisivo. Y si sales con el bañador sutilmente húmedo de la noche precedente, mételo en una bolsa hermética, no improvises con bolsas finas que sudan y perfuman toda la mochila.